• Folleto: 12 páginas
  • Editor: Editorial Thomas E. Lowe, Ltd. (2012)

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¡Encuentra tu lugar en el Cuerpo de Cristo!

Hannah Lowe

Todo aguarda a que los hijos de Dios sean bautizados en el Cuerpo. No se trata solamente de vivir una experiencia, o de decir “he sido salvo, santificado, y bautizado con el Espíritu Santo”. No. Eso es sólo el comienzo. Hablo de lo único que nos ubicará en el lugar en el cual esperamos la diversidad de dones, es decir, las lenguas, la palabra de sabiduría, la palabra de conocimiento, o lo que el Espíritu da a cada uno para la edificación de toda la congregación. Sin esto nunca te integrarás al Cuerpo de Cristo.

Si aún no has sido bautizado con el Espíritu Santo, oro a Dios para que veas la necesidad de serlo. Si de veras quieres estar en el Cuerpo del Señor Jesús, tendrás que ser bautizado con el Espíritu Santo. Sin importar lo que puedas pensar o cómo tuerzas la Palabra de Dios según tu deseo, la Palabra dice: “Porque por UN solo Espíritu fuimos TODOS bautizados en UN cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a TODOS se nos dio a beber de UN mismo Espíritu” (1 Corintios 12:13).

Esa es la necesidad, y es a lo que el enemigo se opone. Decimos que no vemos a muchos que llegan a experimentarlo, y es cierto. Supimos de un hombre que tras asistir a un campamento este verano, informó que habían ocurrido allí tantos bautismos en el Espíritu Santo que dejaron de contarlos. Después habló acerca de una joven que había recibido el bautismo, y que al cabo de un tiempo se entretenía con frivolidades y desperdiciaba su tiempo. Y a esto lo llamó un “bautismo superficial”.

Amigos míos, él puede llamarlo como quiera, pero yo lo llamaría “NADA”. Decir que las personas reciben bautismos superficiales es una ofensa contra Dios. Yo diría más bien que estas personas no recibieron nada, en vez de afirmar que Dios hace una obra superficial.

Esto es lo que ocurre en la mayoría de los casos. Se conforman con llevar a la gente al altar y arrastrarla a tener una experiencia, para luego dejarlos ir y decir que es una obra acabada. En otra reunión de campamento, forzaron a las personas hasta cierto punto diciendo “TIENEN que recibir algo… algo tiene que romperse”.